domingo, 12 de febrero de 2012

Capitulo XV: Solo una gota basta

Pov Nohemí

El tiempo se nos paso entre preguntas, sencillas por mi parte, difíciles por la de el, la verdad no creí que mis preguntas lo dejaran pensando por tanto tiempo, si lo único que preguntaba eran cosas como, ¿Por qué viven en Forks? o ¿Por qué murieron tus padres?, de acuerdo, esa ultima ni yo la querría contestar, pero lo hizo con tanta naturalidad que me pregunte si de verdad conoció a... sus padres.

Al pasar el lago Crescent supe que íbamos aun por la 101, paro aun no sabia a donde nos dirigíamos.

-Pareces demasiado observadora- sonreí

-Tu también, ¿sabes? Aun sigo creyendo que trabajas para la policía

-¿Por que lo dices?

-Pareciera… es como... como decirlo, como si supieras…- como si supieras lo que piensan

-¿Cómo si leyera mentes?

-Ah… si

-Me lo han dicho antes, y se que soy bueno leyendo mentes

-Ah, así que tienes un don por naturaleza, ¿eh?

-Si, y dime tu tienes uno

-¿Es la pregunta 19?- asintió- bueno, no lo se- conteste con la verdad- muchos me dicen que soy buena dando ordenes, otros que el ser intimidante pareciera mi habilidad, no lo se, jamás e intentado demostrar mis poderes ocultos- me reí, y me secundo, si supiera de lo que hablaba

-Y no vas a hacer una pregunta- negué- ¿Por qué no?

-Bueno, normalmente puedo llegar a hacer mil preguntas, pero he aprendido que calladita, estoy mucho mejor- detuvo el auto en un semáforo, que no supe ni a que horas apareció, y me miro confundido

-¿Experiencias?- asentí- ¿me contaras alguna?

-¿Me dirás a donde vamos?

-No

-Entonces tal vez- frunció el ceño

-¿Sabes que eres extraña?

-¿Sabes que ya me lo han dicho?

-Ja, ja

-¿Qué?- negó con la cabeza- y yo soy la extraña, deberías ir a checarte al medico, creo que el que anda mal eres tu

-Claro- su mandíbula se tenso justo cuando aparco el coche en la orilla de una calle

-¿Sucede algo malo?

-¿Los conoces?- ok esto de contestar una pregunta con otra me esta irritando, pero por algo pregunta o no.

Gire mi cabeza para ver a quienes estaba ¿Asesinando con la mirada? Si creo que si. Había mucha gente en la acera contraria pero pude identificar seis figuras que no encajaban con el montón, seis siluetas muy altas y morenas con sus ojos fijos en nosotros, y el de hasta el frente me miraba a mí.

-¿Jake? Si es el, pero por que me mira así- pensé, o eso creo

-¿Conoces a Black?- me asusto su tono de voz- pero no conteste y seguí mirándolos, había algo que me hacia querer reconocerlos de otra manera pero no sabia por que.

Pov Edward

La manera en la que miraban a Nohemí me hacia querer matarlos, pero no era lujuria o algún otro sentimiento relacionado el que tenían hacia ella. Abrí la puerta para salir y ayudarle a bajarse del auto pero no me esperaba lo que le paso por la mente.

-Son ellos- susurro y un recuerdo la abofeteo

Lobos. Bosque. Sangre. Carlos. Golpes. Todo paso muy rápido pero lo vi con total claridad. Ella no se había caído ni se había lastimado por si sola como me había dicho. El golpe de la frente, los moretones en sus piernas, el tobillo torcido, ¡Todo se lo habían hecho ellos! Mi mirada cambio radicalmente cuando la volví a dirigir a esos. Ahora si tenía razones para matarlos. Pero mi mente trabajo tan rápido que pensó en las consecuencias que habría, lo que pasaría y lo que no, lo que me llevo a pensar, ¿Cómo supo ella que esos eran los lobos que la atacaron? ¿Por qué no creyó que eran osos o algo así? Y ¿Cómo es que supo que exactamente eran ellos? Miles de preguntas mas se acumularon en mi mente mientras le abría la puerta a Nohe y ponía mi mejor sonrisa. Funcionó ya que me devolvió la sonrisa y dejo de pensar en los chuchos que aun continuaban mirándonos. Lance un gruñido de advertencia. Sabía que lo escucharían. Tome a Nohemí por la cintura y la guie hacia nuestro destino.

Sentía los pasos de alguien detrás de nosotros y por el horrible hedor, supe que era un quileute. Entramos al parque Lincoln para dar un paseo y perder a ese perro, algo que no funciono.

-Hey Nohe

-Jake, ¿Qué haces aquí?- lo saludo Nohemi con un abrazo

-Dando la vuelta, y comprando algunas cosas- Nohe hizo una mueca, genial, mas culpa, Alice Cullen ¿por que me haces esto?, pensó- ¿Qué sucede? ¿Dije algo malo?

-No, ja, no es eso- me dirigió una mirada de disculpa- Jacob, el es Edward, mi mejor amigo, Edward el es Jacob

Estiro su mano retándome a tomarla sabiendo la diferencia de temperatura. No lo salude pero el seguía con su mano frente a mi. ¿Por que no lo saluda? pensó Nohemi, por que no me saludas chupasangre, ¿Que? Te da miedo tocar mi mano.

-Creo que ya nos conocíamos, ¿o no Jacob?- bajo su mano, frustrado de no haber logrado su cometido y una sonrisa maliciosa apareció en mi rostro.

-Y… bien Jake, ¿Qué es lo que fuiste a comprar?

-Esto- señalo un pequeño estuche en su mano

-Lo lamento pero… ¿Qué se supone que es?

-Averígualo- estiro su mano hacia ella y deposito el objeto en su mano derecha.

El estuche estaba hecho a mano, tallado en madera, con varias decoraciones antiguas por encima, parecían ser… recientes. A ella le carcomía la curiosidad de lo que pudiera tener adentro pero por más que buscaba, no encontraba la forma de abrirlo, hasta que encontró dos pequeños agujeros, uno a cada lado de este. Metió su dedo por uno y comenzó a sacar algo delgado y largo. Metal. Logre descubrir las intenciones del chucho, pero ya era tarde, no lo había planeado y se le ocurrió a ultimo minuto. Solo una gota broto y despertó mis sentidos. Solo una gota, solo eso basto para que mis pensamientos y plantes para beberla se comenzaran a agrupar. La gota se convirtió en dos, y luego en un pequeño chorrito rápidamente y ella no se daba cuenta.

-Nohemí, ¿Estas bien?- dije entre dientes y mi mirada se desviaba hacia su mano, como no se daba cuenta de que estaba chorreándole sangre por el dedo. El perro se dio cuenta de lo sucedido y fue su turno de sonreír, el que ríe al último…

-Si… ¿Por que?

-Tu mano- desvió la mirada y se fijo en su ya muy manchada mano

-Oh… diablos- Shit, Shit, Shit, ¿como no me di cuenta de que casi me tiro el dedo?, un momento… ¿Por qué no me dolió?, ah, ya recordé.

Comenzó a mover su mano exageradamente como si le ardiera o doliera, aun sin sentir nada. No me puse a pensar mucho en eso cuando acerco su mano a mí mientras seguía esparciendo su delicioso aroma por toda mi cara. Me voltee hacia otro lado

-Oh, lo lamento Nohe, déjame ayudarte- si claro perrito, le vas a ayudar, pero a llegar al hospital- Hey, tu padre es doctor ¿no? ¿Qué tan mal esta esto?

Al decir eso tuve que contener la respiración, ya que posiciono la mano de Nohemí justo debajo de mi nariz. El sabia lo que hacia y me tense. ¿Estaba loco? ¿Acaso quería matarla? ¿Qué le había hecho ella para merecer tal trato? Juraría que ella solo había sido amable. Mantuvo su mano debajo de mis fosas nasales y el rostro de ella cambio a preocupado. Se olvido de su herida por un momento y puso su mano en mi mejilla, dándole a esta una ligera mancha rojiza.

-Edward ¿estas bien?- asentí aun tenso- Edward, no me mientas, ¿que tienes?

-Nada Nohemí- sisee- Tu herida no es grave, toma este pañuelo te ayudara a detener la hemorragia... eh…¿Quieres… quieres un helado?- asintió dudosa- Ahora vengo

Espero que ese chucho no le pase las pulgas a mi Nohemí, Aun no es tu… si ya lo se maldito subconsciente, pero para eso estoy aquí y no dejare que ni ese perro ni nadie, me la quite.

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