domingo, 12 de febrero de 2012

Capitulo XX: Mal Tercio

 
Pov Nohemi

Ti, ti, ti, ti mi celular sonó. Lunes, inicio de semana, ¿Por qué el tiempo se tiene que ir tan rápido cuando quisiera que se detuviera y te dejara pensar con claridad, creo que eso jamás pasara. La luz se colaba por todos lados, o la cortina estaba abierta o estaba durmiendo en el techo, abrí un ojo para reiterar, la primera opción fue la acertada. Intente hacerme la loca y hacer como... que no escuche la alarma en mi celular, pero alguien me la recordó.

-Arriba dormilona, ya es inicio de semana y hay que ir a la escuela

-No quiero- dije ronca

-No puedes quedarte encerrada de por vida

-Solo llevo una semana… y no es mala idea- sonreí y él se rio, de pronto ya no sentí mi suave cama bajo mi cuerpo y reaccione abruptamente- Pero que… Carlos bájame- comencé a moverme de manera violenta haciendo que ambos cayéramos al piso- te lo advertí- me levante velozmente y corrí hacia mi cuarto, pero el se interpuso- Carlos, déjame quedarme, no quiero ir sola a ese lugar

-No iras sola, yo te llevare

-Wow que diferencia- comente sarcásticamente mientras el solo sonreía, ¿Qué tramaba?- Al menos puedo pasar por algo de ropa, ¿no?

-Esta ya en el baño, date una ducha, te espero abajo- toco mi frente con su dedo índice- si tardas vendré por ti y nos iremos, estés como estés- bufe, le creía

Entrar a la ducha caliente fue muy relajante, sentir como las gotas de agua cubrían mi cuerpo una por una, me hizo olvidar el martirio que tendría que pasar hoy, pero bueno, nada es eterno y todo lo que inicia tiene que terminar, y a duras penas, salí del paraíso y comencé a vestirme para entrar en el limbo.


Pov Nohemí

Entrar por la puerta principal fue mas difícil que el primer día que estuve en este lugar, era como aquel día, la helada brisa me golpeaba en la cara, las miradas fijas en mi, todos esperando a que haga algo que me avergüence, que me acerque a alguien, que haga algo, pero esto era peor, ya que reconocía las caras, y hubo 5 con las que tuve que mirar a otro lado. Con las manos en los bolsillos de mis viejos jeans y mis tenis enlodados por el resultado de la última llovizna, camine hacia mi clase, tratando de ignorar las miradas, los susurros y unas que otras cosas. No recordaba que clase me tocaba, pero si sabia donde y con quien. Entre de manera apresurada y sin mirar nada más que mi lugar. El profesor ya se encontraba en su lugar, quien sabe desde a que horas, y solo se me quedo viendo, como todo el mundo. Espero 5 minutos y se encamino hacia la puerta, al parecer alguien se interpuso entre esta y el maestro, ya que soltó un comentario sarcástico. Sentí la presencia de alguien a mi lado y supe que había llegado mi compañero de banca. No lo mire, y sabia que el estaría mirándome.

La clase se me fue como una eternidad mientras miraba fijamente el reloj encima de la pizarra y el profesor me lanzaba comentarios directos sobre estar dentro y fuera de la escuela. Su piel, dura y suave a la vez, me hizo erizarme al contacto, su respiración acompasada alteraba mi ritmo cardiaco, tanto, que me atreví a mirarlo, su cabello estaba mas alborotado que de costumbre, sus gestos lo hacían ver temeroso, incluso preocupado, y en algún momento, mientras miraba desde su pecho cubierto por aquella camiseta azul marino, hasta su mano sobre la mesa, el volteo a mirarme, y cuando nuestras miradas se cruzaron, me sentí derretir. Sus ojos estaban dorados, más que nunca antes, me miraron esperando alguna reacción, pero no supe que hacer. Su mano comenzó a acercarse, vacilante por la mesa, acercándose peligrosamente a la mía, y a unos centímetros, la campana sonó, haciéndome reaccionar. Me sacudí saliendo de mi trance, tome todas mis cosas y Salí casi huyendo. “Pero que rayos estas haciendo, no rompas tu promesa, permanece constante”.

Literalmente corrí hacia mi casillero, sentía una gran pesadez dentro de mi, quería correr, huir, solo llevaba una hora de regreso y ya me quería ir, maldición no debí de haber venido.

-¿Porqué tan pensativa Nohemí?- me preguntaron a mis espaldas, me gire para responder y vi a Carlos

-Gracias a Dios- solté lo que tenia en brazos y lo abrace con fuerza

-Wow, vaya que me extrañaste

-Ni te lo imaginas sarcástico…- un momento, a la escuela no dejan entra a personas que no estudien ahí- Carlos, ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste?

-Am, te lo digo en nuestra siguiente clase vale- ¿Siguiente clase? ¿Pero como?

-Oh por dios

-Nohemí estas invocando demasiada religión en menos de una hora no crees

-¿Cómo?¿Cuando?¿Quien?

-Me inscribieron, hace unas semanas… Alice Cullen

-Ah- debería agradecerle, pero ahora no, no creo que sea momento

-Entonces, nos vamos

-Cla…

-Nohemí ¿Podemos hablar?- me tense, el me hablaba a mis espaldas pensé que me evitaría tanto como yo lo intentaría hacer, pero al parecer me equivoque

-Tengo que ir a clases, por si no te diste cuenta he faltado una semana

-No creo que te extrañen un rato más, por favor

-Te espero o me voy, tú decides

-Ahora voy Carlos- hay que cerrar la ventana donde la ventisca da mas duro, pensé para mi. Carlos asintió y camino hacia el ala oriente para la siguiente clase. Me gire para ver de frente a mi acompañante e incline un poco la cabeza indicándole que guiara hacia donde quería ir, y hecho este movimiento comenzamos a caminar.

Camine erecta y segura, aunque me estuviera muriendo de ansiedad por dentro. Salimos por una puerta de emergencia pero el siguió su rumbo hacia el bosque, quise desconfiar, pero por alguna razón, mi mente no me lo permitió y me dijo que siguiera de frente. No supe si caminamos por unos segundos, minutos, o quizás horas, era extraño, a su lado no me importaba el tiempo, así que no supe cuanto había pasado cuando por fin se detuvo. Me detuve a unos pasos de el y espere a que hablara, al ver que no tomaba la iniciativa, hable yo.

-Si no me vas a decir nada creeré que esto es una emboscada y no saldrás bien librado de aquí

-Si creyeras eso no hubieras venido, o al menos… no sola- lo sentí sonreír, estaba en lo correcto

-Si solo vas a burlarte de mi, es mejor que me retire- me di media vuelta y de un momento a otro estaba a mi lado, tomándome de la muñeca, pero no gire mi cabeza y solo me detuve, con el pie sobre una raíz

-Espera, lo siento, es que contigo, no lo se, se me van los pensamientos coherentes y no sé que decir- ¿estará diciendo la verdad o solo lo hace para hacerme sentir bien?

-No se supone que yo debería decir eso- mi voz salió fría y monótona

-¿Y te atreverías a decirlo?-pregunto esperanzado. Gire mi cabeza y vi en sus ojos un brillo diferente.

-Si… pero no puedo decir algo que no es cierto- le dije directamente- ¿De que quieres hablar?

-Mira, si tu eres directa, yo también lo seré- me soltó el brazo- quiero que me creas… y desearía que sintieras por mi lo que yo siento por ti y…

-¿Lo que sientes por mi?

-Si… ¿me dejas terminar?- asentí al verlo fruncir el ceño- sé que investigas todo aquello que se hace llamar “sobrenatural” y que no me entenderás cuando te diga esto- se acercó peligrosamente a mi pero no me moví, solo puse las palmas de mis manos frente a su abdomen para empujarlo si hacia falta mientras que el posiciono su mano izquierda en mi espalda y su mano derecha la uso para levantarme el mentón- te amo- y dicho esto jalo mi mentón hasta su rostro y unió sus labios a los míos.

Me sorprendí, al modo de abrir totalmente los ojos, mientras veía como el pacientemente, esperaba una respuesta por parte mía, mi cerebro decía no pero mi corazón decía si, y mis labios tomaron la segunda opción como la correcta. Mis ojos se cerraron al instante y sentí como sus labios danzaban acompasadamente con los míos a un ritmo que jamás espere tocar con el. Mis manos recorrieron lentamente su espalda y terminaron enredadas en su sedoso cabello. Lo sentí sonreír y entonces caí en la cuenta, estaba besando a Edward. Comencé a oír un susurro, que fue aumentando de volumen hasta que se convirtió en un grito. “Detente” gritaba mi subconsciente y la imagen de Diego apareció en mi mente. La lágrima no se hizo esperar. Corrió por toda mi mejilla hasta llegar a mi mentón, donde la mano de Edward estaba posicionada. En el momento en que toco la gota salada se separo de mi y yo continúe con los ojos cerrados, luchando contra las lagrimas.

-Lo siento,-susurre- lo siento no puedo- dicho esto me eche a correr sin rumbo fijo siguiendo mi efluvio, pero no pare en la escuela y corrí hasta casa. Esto se estaba saliendo de control.



-Es imposible- le grite y lo mire directamente a los ojos- no puede ser que alguien se enamore en menos de un mes. Habíamos comenzado a discutir

-Y ¿Por qué es imposible? ¡No hay nada imposible hermanita!- le quise contestar pero me robo la palabra- antes de que papá conociera a mama para ti era imposible la existencia de un vampiro, también creías que era imposible que se enamoraran y ¡ah! tampoco lo fue, creías que era imposible que un monstruo como yo…

-Carlos- intente callarlo pero continuo en un tono mas fuerte

-¡Que un monstruo como yo pudiera existir!¡¿Cómo es posible que creías eso con cosas que se podían asegurar totalmente falsas y creas imposible que alguien se enamore de ti?!

-Por que es ilógico el tiempo en el que sucedió ¿Es que no lo entiendes?

-No, no lo entiendo Nohemí no todo tiene que ser lógico, o es ilógico el “tiempo” que tengo en años en comparación con mi aspecto, es lógico que el “tiempo” de un vampiro se detenga eternamente, o que ¿Me vas a decir que eso tiene lógica?

-Todo tiene lógica, Carlos, todo siempre debe tener una explicación

-Pero explícame entonces, ¿Cómo es que un vampiro conserva su misma apariencia y hasta mejorada durante años y años

-La ponzoña quema las celular por lo que estas, como hacían, entre sus funciones, el trabajo de cambio de apariencia, esta se paraliza y tiene belleza ya que al morir las células son expulsadas junto con las que ya no servían

-Si las células son las que dan vida, ¿Por qué no muere el humano al ser mordido?

-La ponzoña posee dos cualidades: destrucción y adaptación

-¿Por qué otros tipos de especies como los hombres lobo mueren al contacto con la ponzoña?

-Porque ellos ya se habían adaptado con cualidades diferentes así que el veneno solo puede usar su primera cualidad… destrucción

-¿Por qué la mayoría tienen dones?

-El veneno al usar su cualidad de adaptación hace que todas las habilidades se multipliquen por lo que si el humano ya era veloz, esa será su mayor habilidad

-¿Qué tiene que ver los sentimientos con la ciencia y la lógica

-¿A dónde quieres llegar?

-Contesta

-Son creados por la secreción de sustancias que dan diversas reacciones al cuerpo

-¿Es por esoque crees que un vampiro no puede amar a un humano en tan poco tiempo?- lo mire confundida

-No sé de que hablas, no me preguntaste eso

-No, pero tu si me contestaste- alce una ceja y espere a que continuara- según tu… un vampiro es un ser adaptado en sus habilidades, pero muerto por dentro, siendo un ser sin sentimientos

-No pongas palabras en mi boca- dije entre dientes- yo no dije eso

-No hay sentimientos sin una glándula que secrete cierto tipo de sustancias, las glándulas son órganos formados de tejidos y estos ¿De que están hechos?

-De celul…- al darme cuenta de lo que se refería, caí en la cuenta- Carlos… Carlos yo… yo no quise decir eso, ¡Estas volteando todo!- grite frustrada

-¿Me vas a decir que yo tengo la culpa de aceptar tus argumentos? ¿De explicarte lo que tu me acabas de decir? ¿Me vas a decir que te estoy mintiendo? ¿Que estoy usando tus palabras en tu contra?- pregunto con calma, pero veía la tristeza asomarse por sus ojos

-Carlos yo… tu no… eso… tu… es que… ¡Ah!¡¿Por qué haces esto?! ¡Esta no es tu batalla!-pregunte con lagrimas de rabia en los ojos

-Por que soy el único que lo puede hacer, entiendo que Edward te ama, quieras o no, él ya te ama y cada día se le nota más y más, y sé que tú también lo amas

-No, eso no, yo no lo amo, el amor es un sentimiento que se da con el tiempo, y no en unos días

-Y volvemos a empezar, Nohemí, por favor
-No, ¿Sabes? A Diego le tomo un año y medio para que le dijera un “Te amo”, ¿Entiendes? ¡Un año y medio! Y lo conocía desde que tengo memoria, ¿Ahora comprendes?

-¡Que quieres que comprenda? Que no quieres aceptar lo que sientes o el hecho de que compares a Edward con Diego, ¡Por dios, Nohemí!, Metete algo en la cabeza, el amor es ilógico, una vez tu me dijiste “El amor es una locura, mas no hay locura sin amor”, ¿Dónde quedo mi filosofa soñadora?, aquella Nohemí que pensaba con el corazón antes que con la cabeza

-Se la llevo Diego, y si no te gusta como soy ahora, lo lamento, no estoy para complacer a nadie- comencé a caminar hacia sus espaldas, pero antes de llegar a la escalera, me tomo por los hombros y me giro para que lo viera, mas sin embargo baje la mirada al suelo-Te lo informo, Diego esta muerto

-Cállate- susurre, pero hizo caso omiso

-Eso ya lo sabes, pero vives aferrada a el como si estuvieras esperando a que vuelva

-Cállate- repetí subiendo un poco el tono

-No va a volver nunca, tienes que salir adelante, seguir con tu vida, el hubiera querido eso, él amaba a la niña risueña, no a la estatua solitaria, te lo repito el esta…

-¡Cállate!- le ordene gritando y lo mire fijamente

Me miro con dolor y me soltó. Lanzo un suspiro al aire y una lágrima amenazaba con salir de su ojo izquierdo. No podría contradecirme, no porque no quisiera, si no por que no podría. Me gire y comencé a subir las escaleras, faltaba solo un escalón cuando escuche a Carlos hablar.

-Llegara el día en el que yo ya no este para hacerte entrar en razón y aparecerá alguien que sea inmune a tu don y entonces…- la voz se le quebró y dejo de hablar.

Me quede paralizada ante su comentario, el jamás había hablado de el momento en que moriría, y no pensé escucharlo hablar así. Segundos después, voltee y volví a bajar el tramo recorrido de las escaleras, pero el ya no estaba ahí, lo busque por toda la casa, no estaba por ningún lado. Camine directo al poche para seguirlo, pero donde debían estar mis llaves, solo había una caja polvorienta de zapatos, de no haber tenido mi nombre no la habría tomado, sabia que Carlos la había dejado ahí, ya que no estaba cuando llegamos de la escuela.

Capitulo XIV: Pesadilla

Carlos Pov

El celular sonando me hizo despertar, no me había dado cuenta en que momento nos quedamos dormidos en el sillón la noche pasada, pero no tenia tiempo de pensarlo ahora, sabia que Nohemí se despertaría si no contestaba, así que me deshice del abrazo en el que estábamos y fui directo al buro que estaba cerca de la ventana y junto a la puerta. Los ojos los tenia entrecerrados por el cans...ancio que había tenido el día anterior, por lo que no vi quien llamaba al contestar, aunque reconocí la voz de inmediato.

-Buenos días

-Hola Alice- bostezo- ¿Qué sucede?

-Solo llamaba para saber como esta

-Mejor, no te preocupes, ella es una chica fuerte, esto solo fue un pequeño tropiezo, pero, ¿como esta el?

-Algo distraído, continua con su vida,si así se le puede llamar, pero se que le duele- se oyó un suspiro- lo veo en sus ojos, si sigue así, no se que valla a ocurrir

-Ha pasado muy poco desesperada, dales tiempo

-Han pasado días, y no veo cambio alguno, mañana será sábado otra vez, y habrá pasado una semana desde que se sincero con ella, me voy a volver loca

-Tú no dejas nada a medias, ¿verdad?

-No quiero que nuestra vida se vuelva una rutina

-Oye y hablando de rutina- comencé a susurrar- ¿pudiste conseguirlos?

-Acaso lo dudas- me reí y continuo- por supuesto que si, solo falta que te presentes con el papel que te deje en tu casa, y listo

-Eres increíble

-Dime algo que no sepa

-Te quiero linda

-¿Linda?- una dulce y ronca voz se escucho a mis espaldas

-Gracias por todo, nos vemos

-Claro, hasta luego-ti, ti ,ti , ti

-Buenos días Nohe, ¿como amaneciste hoy preciosa?

-¿Con quien hablabas Carlos?

-Con… una amiga- bufo y se acomodo en el sillón. Unos segundos después se levanto y comenzó a ordenar la sala sin preguntar nada mas- ¿Estas molesta, Nohemí?

-Por que habría de estarlo

-Por que sabes quien es mi única amiga, y en estos momentos no crees conveniente que hable con ella, ¿o me equivoco?

-Yo jamás te prohibiría nada, y los sabes

-Precisamente por eso estas molesta, por que no quieres cometer mi error aunque estas tentada por ello

-No tientes al destino por que sabes que unas cuentas palabras y se hace mi voluntad Carlos, además no estoy de humor, no quieras hacerme enojar

Se giro y se hizo de oídos sordos para terminar esa discusión, que sinceramente no supe como fue que comenzó, pero no me gustaba estar enojado con ella, ni que ella estuviera enojada conmigo, los peligros nos asechaban a ambos, y aunque no me gustara ese pensamiento, no me gustaría irme o que ella se fuera para siempre sin haber hablado tras una pelea. Camine hasta su lado y la abrace por detrás, ella hizo caso omiso, tratando de continuar con su actividad, sabia lo que hacia, trataba de calmarse para no desquitarse conmigo lo que llevaba dentro, pero siempre he pensado que es mejor que lo haga, antes de que valla a jugarse la vida para calmar un enojo, por lo que no la deje ir tan fácilmente y la apreté con mas fuerza, tratando de evitar que se fuera y quizás que me devolviera el abrazo, se quedo totalmente quieta. Olía a victoria fácil, pero un olor diferente fue el que me llego hasta la nariz, y no era lo que esperaba. Nohemí se tenso, su olfato no estaba muy desarrollado, pero después de un tiempo, podía reconocer esencias particulares, y esta, no me gustaba en nada. Solté a mi hermana y camine hacia el patio trasero, no le pedí que se quedara dentro de la casa por que sabia que no lo haría, y solo la tome de la mano y la hice caminar a mis espaldas, el hedor se intensificaba, pero no había señal de movimiento ni rastro de nada. Había escapado… de nuevo.

Pov Nohemí

Las sombras del bosque nos envolvían por completo, sus ojos dorados deslumbraban ante la débil luz lunar que se presentaba en aquel sombrío lugar. Su piel pálida se veía normal ante aquellas circunstancias. Todo estaba muy callado y sereno, yo solo lo veía a el. El olor a humo comenzó a llenar mi nariz, sentía que el aire me comenzaba a faltar y unas ganas inmensas de huir, pero no podía, algo me ataba al suelo, algo muy fuerte. Las llamas abrasadoras de un enorme incendio comenzaron a brotar por todas partes. La gente gritaba y lloraba, mientras corría con las pertenencias que pudieron salvar, yo solo los veía huir, parada ahí, frente a el, que tampoco se movía ni un solo centímetro, a pesar que las llamas lo estaban alcanzando muy rápido.

-Sálvate, no eres inmortal ante la llama del fuego, tu familia te espera-le dije tranquila viendo como una señora tomaba a su hija entre sus brazos y me hacia a un lado para poder irse.

-Ven conmigo, estarás segura a mi lado- su voz angelical, endulzo mis oídos, y aun así, quede cabizbaja ante mi promesa

-Yo…yo no- antes de contestar, una mano cálida y fuerte, me tomo el brazo y me hizo girar la cabeza

-¿Nohemí? Nohemí pero que estas haciendo, no vayas con el, te hará daño, Nohemí ven hacia acá- intento halarme, pero no pudo, yo sabia lo que era y sabia cuanta fuerza poner ante el, aunque no sabia por que me oponía a que me salvara

-Solo quiero protegerte, y lo sabes Nohemí- sus ojos mostraban paciencia y sinceridad, pero Jacob no me soltaba

-Es mentira, es uno de los fríos, no es parte de nosotros, vámonos ya, tu perteneces as los nuestros, eres una de nosotros, no te dejare sola con este chupasangre- jalo con mas fuerza dela necesaria y me hizo caminar hacia el, mas sin embargo, una mano fría me detuvo tomándome por el otro brazo y sentí su fría piel tocarme la mejilla, sus sombras comenzaron a rodearme, sus largas capas hicieron quela gente retrocediera y el mar de sangre comenzó a aparecer.

-No te vallas mi niña-una voz diferente, me susurro al oído, me gire bruscamente y unos ojos rojos me miraban fijamente.

Desperté abruptamente y algo temblorosa, pero al escuchar la voz de Carlos me tranquilice. Pensé en correr a abrazarlo, solo por saber que lo tenía a mi lado, pero sus palabras me detuvieron.

-¿Pudiste conseguirlos?-estaba susurrando, y apenas pude oírlo, por lo que supe que no quería que me enterara, se rio un momento y continuo charlando, al parecer por celular- Eres increíble… Te quiero linda- me senté en el sofá de manera violenta y lo voltee a ver, mientras el hablaba dándome la espalda

-¿Linda? – pregunte sin dudarlo, se despidió de su llamada y volteo a verme

-Buenos días Nohe, ¿como amaneciste hoy preciosa?- intento salirse por la tangente así que yo hice lo mismo.

No tenia por que molestarme por que hablara con una amiga, pero me mostré molesta para ocultar el gran miedo que me embargaba en este momento, hace años que no soñaba con las sombras, y la ultima vez que lo soñé, perdí al ser mas querido que tenia en ese momento, por que tenían que volver a aparecer justo ahora. Carlos me abrazo por la espalda, pero yo no quería hablarle de las sombras, no quería que el fuera el objetivo, no quería perderlo, y por eso debía quedarme callada y atenta a todo. Un olor conocido llego a mi nariz, dando veracidad a mi sueño. Nos habían encontrado, y venían por nosotros, lo volverían a intentar de nuevo. Me tense al momento y unas enormes ganas de gritar me llegaron hasta la garganta, pero no hice nada más que seguir de cerca las huellas de mi hermano. Aunque en el patio trasero no había nadie, sabíamos en el peligro en el que nos exponíamos, sabían nuestra ubicación, y se las irían a decir a ellos, teníamos que irnos, antes de que el mar de sangre volviera a aparecer. Carlos me hizo regresara dentro, se encontraba muy pensativo. Me hizo sentarme con el en el, aun desordenado, sofá.

-¿Debemos irnos?- asintió- Comenzare a empacar- hice en ademan de levantarme pero me tomo del brazo, impidiéndome hacerlo

-Espera- la forma en que me detuvo me recordó la pesadilla y una escalofrío me recorrió la columna, al parecer mi hermano se dio cuenta-Nohemí, ¿estas bien?- asentí lentamente- tranquila, no podrán hacernos daño, no lo permitiré- volví a asentir de la misma manera- ven, ven- me acerque lentamente a él y deje que me abrazara- no les daremos el gusto, Nohemí, siempre pasa lo mismo, llega su estúpido espía y nos tenemos que despedir de nuestras vidas, familia, amigos, y no es justo, para nadie, veremos cómo resolverlo y luego…-puso su mano bajo mi barbilla, obligándome a mirarlo- lo enfrentaremos

Sentía un poco de miedo por la forma en que lo expresaba, pero él tenía razón, años y años de escapar, era como un juego para ellos, mientras que nosotros éramos los que sufríamos todas las desgracias. Asentí mirando a Carlos, ahora sabía la razón de la pesadilla, pero no me quería preocupar ahora por ella, tenía otros asuntos que arreglar. Tocaron a la puerta mientras seguíamos abrazados, y de esa misma manera caminamos juntos a abrirla. Pensé miles de cosas que podrían estar esperándonos, mas sin embargo, solo eran Jessica y Mike, ella con una cara de envidia y el parecía algo molesto. Estaban vestidos como si estuviéramos a 30 grados, cuando el clima en el termómetro apenas alcanzaba los 10°.

-Am, hola, no sabíamos que estabas acompañada, amm, será mejor que nos vallamos, ¿Vienes Mike?

-Oh, no esperen, yo iba de salida, así que no se preocupen por mi- soltó nuestro abrazo, tomo mi cabeza con ambas manos y me dio un beso en la frente- iré a investigar, no te preocupes por mí, mantente entre gente- susurro y se fue a la puerta interna de garaje, tomo su moto y se marchó, mientras que nadie decía nada durante este suceso.

-¿Quieren pasar?- Pregunte unos segundos después, ya que se habían quedado viendo el camino por donde se marchó Carlos

-Am, no, no te preocupes, solo quería… queríamos preguntarte si quieres salir, no salir, salir, de salir en una cita, si no de salir, afuera…

-Lo que el tarado de Mike quiere preguntar, o eso creo- eso ultimo lo dijo para sí misma- es que si quieres acompañarnos

-Claro, ¿a dónde vamos?

-A la Push- oh shit, bueno, me dijo que estuviera acompañada, además me serviría ir

-Está bien, déjenme tomar unas cosas y nos vamos- asintieron y fui por la bolsa de emergencias, tenía siempre todo lo que necesitaba en ella asíque, ¡a la playa!

Capitulo XVIII: Inicio de una Historia...

 
Pov Carlos

Verla correr de esa manera tan apresurada y a la vez desesperada entre la gente, me encogió el corazón, las ganas de… el correr detrás de ella, y estuve a punto de hacerlo, de no ser por que Alice me detuvo fuertemente con su mano y me lo impidió. Voltee a reclamarle, pero al ver sus ojos con un ligero tono cristalino y en su rostro el mismo sentimiento que yo supe que lo hacia por que... sabia como me sentía. Sabia perfectamente que el no le había hecho nada mas que decirle la verdad, eso me gustaba, lo que me hacia sentir tan culpable había sido verla así, tan indefensa, tan triste, tan… decepcionada. Alice tomo mi mano y entrelazo sus dedos entre los míos mientas daba ligeros jalones para sacarme por donde en este momento parecía estar Edward mientras que yo no dejaba de mirar el lugar por el que se había ido mi hermana. Cabizbajo, camine, o mejor dicho, fui arrastrado por mi amiga hacia aquella puerta doble de la parte trasera del lugar. Se detuvo frente a estas y soltó mi mano. Puso su dedo índice frente a sus labios mientras tomaba la barra de acero para abrir la puerta, asentí y salió. No se por que me pedía que guardara silencio si sabia perfectamente que Edward podría oírme.
No planeaba escuchar su conversación, y pensé en hablarle a Nohemi aunque si le llamaba, en su estado, me preocupaba que tuviera un accidente, la idea de Ali de meter mis llaves en su pantalón no supe por que la había imaginado, pero la verdad se lo agradezco, de no haberlas tenido, estoy seguro de que se habría ido corriendo y se mataría. Un escalofrío recorrió mi columna de solo pensarlo. La fría brisa que entraba del exterior me dio en la cara de la puerta entre abierta que había dejado Alice al salir. Hice el intento por cerrarla pero una blanca mano me detuvo y la abrió. Mi amiga entro con una cara fría, sinceramente no la había visto así, ni cuando se pierde entre sus visiones, me miro a los ojos y sentí como si quisiera desvanecerse por un rato pero sabíamos que no era posible, le diría que se alejara por un rato hasta que las cosas se tranquilizaran, pero sabia que me diría lo mismo y nuestra contestación seria la misma ya que esa era una de las cosas que teníamos en común, querer se el pilar de la familia, el que todo lo soporta y todo lo enfrenta, el que no se deja caer por mas profunda que sea la herida.
-Solo es la primera prueba, ya veras que todo sale bien- asintió
-Lo se, pero no se a quien les duele mas, si a nosotros… o a ellos
-No lo se tampoco yo, pero… quisiera hablar con el
-Tuve esa impresión desde un comienzo, por eso te traje, te esta esperando afuera- puso una mano sobre mi hombro y al bajarla lanzo un largo suspiro y se alejo.
Abrí de manera sencilla la ligera puerta que daba hacia el exterior. Desde aquí se podía observar cada detalle de la ciudad, como si se encontrara en una colina. Todas las luces hacían un hermoso resplandor en esta noche tan lúgubre, no entendía el clima, cuando entramos había una noche clara de luna llena y ahora que salía, ya estaba casi totalmente lleno de nubes. Edward se encontraba con la mirada perdida hacia la entrada principal del lugar, como esperando que sucediera algo. Sus ojos se estaban tornando un poco obscuros, no se si era por la poca luz pero sus ojos no brillaban tanto como hace unos minutos con mi hermana, tenia su mismo gesto o hasta podría decirse que el estaba peor. Me detuve a unos cuantos pasos de el y me anime a hablar en cuanto lanzo un sonoro suspiro.
-Como pueden cambiar las cosas de un segundo a otro no crees, es increíble como sucede, pero sucede y no podemos hacer nada para evitarlo
-Yo pude evitarlo, pero sin embargo lo alenté- su rostro bajo hacia el suelo y sus manos se tornaron puños
-No, no podías evitarlo… puede que si no se lo hubieras dicho hoy, según tu parecer, lo hubieras evitado, pero te conozco, y si hubieras hecho eso, solo hubieras pospuesto lo inevitable- cruce mis brazos
-Y ¿Por qué no se lo dijiste tu? Eres su hermano ¿no? No se supone que debes de protegerla de…
-Si, si soy su hermano -lo interrumpí antes de que se insultara el mismo-, pero eso… no me correspondía a mi, y si, la protejo, yo la protejo de todo lo que le pueda hacer un daño fuerte
-No te comprendo- susurro- yo si hubiera estado en tu lugar, hubiera evitado esto, pero no lo hiciste… ¿Por que?
 
-Edward, no te voy a mentir diciendo que es por que eres mi amigo, o por que Alice también es mi amiga, Nohe me ha enseñado que mentir para hacer bien, también hace mal- mi mirada se desvió hacia el ya nublado cielo y comencé a sollozar- tampoco te puedo decir que verla así me hace feliz, es mi hermana y me duele mucho mas por que se que pude prevenir esto, pero… no quise hacerlo, se que ahora est...a sufriendo pero, ¿sabes?, hace tanto tiempo que no la veía sonreír totalmente sincera, y me sentí tan bien de verla así… aunque te lo juro que estoy totalmente celoso, por que por mas que lo he intentado, por mas sonrisas que me muestre, yo se que ninguna es del todo feliz, del todo verdadera- una lagrima traicionera se corrió por mi mejilla, pero no me moleste en limpiarla para voltear a ver a Edward que me observaba fijamente- si en un mes, le devolviste esa sonrisa, no se lo que pudieras hacer si estuvieran juntos, se que oigo como Alice al intentar juntarlos, pero, dime, tu, al ser el hermano de Alice, ¿no preferirías que fuera totalmente feliz?, ¿que ella misma lograra cruzar los obstáculos que le da la vida y mejor que te tenga para superarlos?
Edward me miro como si estuviera hablando en idioma inexistente e incomprensible, pero sabia que estaba reflexionando todo, y su estado de animo lo hacia pensar de manera lenta. Sus ojos cristalinos, como si quisiera llorar se volvieron a desviar hacia otra parte que no quise identificar y me contesto.
-Se que imprudentemente también haría lo mismo, pero, creo que la sonrisa es lo único que le podre devolver- se le quebró la voz al final
-No seas tan pesimista Edward- me acerque hasta su lado y puse mi mano sobre su hombro- mi hermana te adora
-Creo que después de hoy no lo hará
-Edward…
-¡No estoy siendo pesimista Carlos ! Tu no la viste en ese momento, el brillo que tenia se opaco, su sonrisa se volvió una línea tensa, su voz se agrio hasta volverse fría como el hielo, y sus ojos…- se volteo a verme- sus ojos se volvieron cristalinos y se veía traicionada, decepcionada, triste…
-Edward, eso se le va a pasar, solo tienes que darle tiempo, y no, no estoy pensando en un imposible ni estoy soñando, la conozco mejor que nadie, es mi hermana, y se como reaccionara, confía en mi- asintió nada seguro, estoy seguro de que si pudiera, estaría llorando también el.
-Puedo hacerte una pregunta- asentí- ¿por que reacciono así?- mis ojos se cerraron al momento - Carlos esta bien sin no me puedes contestar yo…
-No, tranquilo, suele sucederme- sollozo- lo que pasa es que- sollozo- para contestar esa pregunta- sollozo- tienes que saber toda la historia, una historia- suspiro- que no es nada fácil de contar, puede que los detalles parezcan insignificantes, pero nos marcaron la vida, y comenzó con la única persona que le vino a arruinar toda su existencia- baje la mirada al suelo
-Y ¿Quién fue?- pregunto impacientemente, pero de manera calmada
-Yo
Pov Nohemi
De alguna manera logre llegar a casa, metí la motocicleta en el garaje y corrí adentro sin siquiera verificar si la puerta de este estaba cerrada al final. “Edward es un vampiro, Edward es un vampiro…” resonaba con fuerza en mi cabeza, las paredes se vieron mas grandes, el espacio se me volvió mas pequeño, y me faltaba el aire. Las lagrimas no paraban de salir, aunque no quería llorar, ...llorar era de débiles, me lo había dicho Eliot cuando me veía llorar por… el. ¡¿Por qué me llegan sus recuerdos justo ahora?! Me puse en cuclillas y apoye mi cabeza en el piso. Un pequeño calor se posiciono en mi cabeza y se movió demasiado lento, por lo que supuse era Kiara. Comenzó a darme de lengüetazos por toda la cara, como si supiera que los necesitaba, pero aunque hizo un gran esfuerzo, eso no cambio mi estado de ánimo. Mas y mas recuerdos llegaban a mi mente: su voz, sus ojos, su piel, su cabello, su sonrisa, su olor, todo, todo absolutamente todo y luego algo que nunca esperé que hiciera mi mente paso, Edward… mi mente lo comparaba con el. No, no podía dejar que sucediera, no podía dejar que se metiera en mi mente, que borrara su recuerdo, o peor… que lo suplantara. Me levante por ipso- facto y corrí escaleras arriba hacia mi habitación. Cerré de un portazo y luego me dirigí a la ventana. El frio se colaba por todos lados y me hacia tiritar, así que cerré la ventana de un golpe.
Mis pasos se volvieron silenciosos conforme me iba acercando a mi cama y pareciera que algo quisiera salir de debajo de esta, ya sabia que era, y no quería ver mas sin embargo, quería saber por que justo ahora deseaba abrirla. Me acerque al acolchonado enredón de seda floreada que me regalo Carlos la ultima navidad. Me arrodille al lado de mi cama y me asome por debajo de ella, ahí había un pequeño tapete de estrellas negras, envueltas en un brillante color amarillo. Me levante y empuje mi cama hasta el borde izquierdo de mi cuarto, tirando mi buro, y al parecer, algo mas que sonó como vidrio al caerse y por la fuerza que puse, se rompió. Mas sin embargo no verifique tampoco que había roto, era extraño, pero sentía que debía ver algo, algo que olvide, pero no sabía que, sabia exactamente que había en ese lugar y como me pondría la verlo, claro que ahora, ya no me podía poner peor. Quite la tela adornada y metí la mano entre las salidas tablas que se encontraban ocultas en ese lugar. Había encontrado ese escondite desde el día en que había llegado, y no desaproveche la oportunidad de usarlo, ya que era solo un cuadro de tablas que se podía esconder muy fácilmente. La madera rechino mientras la levantaba fácilmente con mis manos. El polvo que levanto por la antigüedad de estas, me hizo estornudar varias veces, para al final, abrir completamente aquel hueco en el suelo. Dentro había varias cosas pero la única que creía que necesitaba en este momento, era el álbum de fotos que ocultaba ahí, no por que contuviera algo prohibido, si no por que traía fuertes recuerdos.
Me di cuenta del tiempo que transcurría por las lagrimas que caían en la caratula de piel con bordados blancos en su marco y cristales de diferentes colores, hecho a mano para mi. Me levante con el libro en manos, lo puse en mi cama y la volví a su lugar, para que nadie se diera cuenta del agujero escondido en mi habitación. Me senté al borde del suave colchón y volví a tomar aquel álbum, que por lo que pesaba lo sentía lo mas pesado que había tomado. Subí mis piernas a la cama y apoye aquellos recuerdos en ellas.
Comencé a ojear, ver las fotos me hizo querer caer de nuevo en aquella tristeza que ocultaba hasta el fondo de mi alma, pero no me deje, no aun. La mayoría de las fotos eran de el y yo, unas con mi hermano, y otras con Eliot, por suert...e, ninguna donde estuviera mama, lastima que si tuvo la desgracia de conocerla. Hubo una que llamo mi atención, en ella no salía yo, eran los puros varones, y hasta el fondo, sin que se pudiera percibir a ojo humano, se lograban percibir unos brillantes ojos rojos en una obscura silueta negra, pero ¿Qué me quería decir esto? ¿Qué mama nos vigilaba? ¿Por qué esta foto llamo mi atención? Estaba frustrada y comenzaba a desesperarme al no tener las respuestas a mis propias preguntas por lo que lance el libro, dejando una fea marca en la pared. El sonido de una carrera muy veloz me tomo por sorpresa, sacándome de mi pozo de preguntas. La puerta se abrió abruptamente y Carlos se sentó a mi lado y sin decir nada, me abrazo, y aunque quise evitarlo a toda costa, me puse a llorar. “Ya paso mi niña, ya paso” me repetía una y otra ves mi hermano mientras masajeaba mi hombro y cabeza con sus manos y dedos, tratando de tranquilizarme, mientras las lagrimas corrían abruptamente por mis mejillas y de un momento a otro me sumí en la inconsciencia, dejándome llevar por el cansancio, esperando que quizá al despertar, todo fuera una pesadilla...

Capitulo XVII: Dura verdad

Pov Nohemi

-Nohe… Nohe- vi una mano pasar repetidas veces frente a mis ojos, sacándome de mi trance.

-Ehhh….. ¿Qué?… ¿Ya llegamos?
...
-Si eso significa que aun no arrancamos de en frente de tu casa…- le di un golpe en el brazo, supongo que no le dolió ya que se rio- aun no salimos, ¿Dónde esta tu cabecita?

-Creí que leías mentes, esto es decepcionante- guardo silencio y me pregunte si había hecho algo mal.

-Si puedo, pero a veces contigo es imposible- rodé los ojos- oh vamos, no te comportes como niña- le saque la lengua- Claro, no lo haces, verdad, me retracto ni-ña

-Que bien ni-ño-me reí.

Por eso te quiero… un momento… ¿yo pensé eso?. Agite fuertemente la cabeza y asuste a Edward, o al menos eso creo ya que tenia una enorme sonrisa que se volvió una línea inexpresiva, aunque en sus ojos había un brillo extraño. Creí que era la única persona loca de Forks pero bueno, me alegra haberme equivocado.

El camino de la carretera se estaba volviendo aburrido cuando de la nada Edward puso música, pero no cualquier música, si no la que traía en la cabeza en ese momento, y en la misma canción, este es brujo, pensé de inmediato. Creo que debo tomar en serio eso de que lee mentes. Lo mire extrañada por un rato que pareció muy largo. Me miro de reojo y sonrió travieso, mientras que yo bajaba furiosamente mi mirada, extrañamente avergonzada.

-Ya pregúntame o te vas a quedar con la duda- dijo riendo y me confundió- tienes una cara de duda que se nota a kilómetros, lo que no se es, porque- le sonreí

-Me lo han dicho- muchas veces- lo que pasa es que, bueno tengo dos dudas- asintió- la primera, ¿Cómo supiste que quería esa canción?

-Tengo mis dones, recuerdas

-Ja, ja, si claro- se quedo callado-¿Por qué… pff, no nada, olvídalo

-Nohe…

-No insistas, y olvídalo, vale

-Esta bien, pero puedo hacerte yo una pregunta

-Todas las que quieras, mientras no sean muy humillantes

-No te preocupes, am, mi pregunta es… ¿como es que te gusta este tipo de música? No te ofendas, pero no tienes cara de…

-Si, lo se, lo se, yo tampoco sabia que me gustaba hasta que un amigo me dijo que la escuchara, y la verdad me encanta desde entonces

-Entonces… “Three cheers for sweet revenge” ¿enserio?

-Ahora también eres critico, ¿No?, no digo que a todo el mundo le guste, pero no te burles

-No lo hago, perdón si parecía que hacia eso

En toda la plática comencé a pensar algo que no se me había ocurrido hasta ahora, si no le gustaba esa música, ¿Por qué rayos tenía un disco, o al menos solo veía uno, de una banda que no le gusta? Como hacia cada vez que terminaba de reflexionar, lance mi mirada, apodada inquisidora por mi querido hermanito Carlos. Siempre decía que cada vez que lanzaba esa mirada, era como una madre acusando a su hijo después de haber descubierto un error y esperando a que el lo descubriera, y pues mas o menos esa era la idea. Lo mire por lo menos unos cinco minutos con mi ceja alzada esperando una respuesta por sus miradas de reojo, que cada vez se hacían mas constantes.

-Estoy esperando Edward

-¿Esperando que?- solo volví a levantar la ceja y lanzo un suspiro de rendición- si, ya sabia que te gustaba ese tipo de música, y si, lo compre por eso, y solo por eso

-Edward, no debiste

-Pero lo quise hacer y lo hice, y bueno, son tuyos

-Edward por favor…
-Mira, no me vas a convencer, y si no los quieres, déjalos ahí, no importa

-Pff, te odio Edward Cullen

-Pero también me quieres

-Odio eso, se rio y continuamos el camino solo con la música

-Hey Nohe, Nohemi, ya llegamos-

-Lo… lo siento Edward, jamás me duermo en un auto, jajá, pero me pierdo- ambos reímos

-Ya me he dado cuenta, pero mejor nos bajamos antes de que Alice vuelva a molestarse, y esta vez se salga con la suya- suspire.

Hice el ademan de abrir la puerta pero, como siempre, Edward estuvo frente a la puerta antes que yo, y me ayudo a bajar.

-Tengo que preguntar…- dijo cuando cerró la puerta del auto- ¿ya no me odias?

-No lo se, tal vez si tal vez no, ¿tu que me dices?

-Te digo que dejes de comportarte como una niña y entremos de una vez

-Primero contéstame algo- quedo callado- ¿Adonde me has traído?- se rio y me llevo camino a lo que parecía ser una Antro, pff, genial

-Solo a un lugar al que nos gusta venir

Las luces de la entrada estaban tan alto que me fue imposible saber donde estaba. Caminamos hasta la entrada, donde nos estaban esperando todos los demás. Alice me recibió con una mirada picara a la que no le halle ningún sentido, mientras Carlos le daba un codazo. Comenzaron a caminar por el centro de una multitud de gente que esperaba para entrar, mas sin embargo, los Cullen no se formaron como yo pensé, si no que se dirigieron hasta el hombre que cuidaba la entrada, que en lugar de hombre parecía gorila, si lo hubiera visto junto a Emmett no lo hubiera reconocido. Rosalie y Alice se acercaron hasta sus oídos y pronunciaron algo en un susurro. El hombre asintió y abrió la cuerda. Montones de gritos y quejas por parte del comportamiento del guardia vinieron desde la multitud haciéndome bajar la cabeza. Edward pasó su brazo por mi cintura y me dio un suave jalón para entrar. Caminamos por un pasillo totalmente negro, aunque a ratos se veían luces coloridas y una música muy alta. Nos detuvimos frente a una puerta que Jasper abrió con una llave de su bolsillo. Con que los Cullen tienen trato especial, eh. Subimos por unas escaleras por las que, puedo jurar que si no hubiera tenido el brazo de Edward alrededor de mi cintura, no hubiera avanzado ni el primer escalón a pie. Llegamos a un balcón y conforme nos fuimos acercando me di cuenta por que les gustaba este lugar, ¡Era fantástico! Y mucho mejor desde nos encontrábamos, ya que todo se veía increíble. Camine hasta lo que parecía ser un barandal que limitaba el balcón para observar a mi alrededor; los colores, la música, las luces, pareciera un ciego que estaba viendo por primera vez.

-Lo estas disfrutando verdad- tan sumida estaba en mi cabeza que me sorprendió la voz que me hablaba- cuantas veces tengo que preguntarte, que es lo que tienes en tu cabecita

-Las veces que necesites para descubrir lo imposible- ambos reímos

-No me has contestado

-Pues para serte sincera, si y mucho, jamás había venido a un lugar como este, ni siquiera en alguna graduación o fiesta, no se… de alguna manera creí que era aburrido

-Y aun lo crees

-Tal vez, acabo de llegar y pues, el futuro no esta cincelado en piedra

-Estoy de acuerdo en eso, así que, ¿quieres bailar?

-Ja, ja, claro, si quieres perder tus pies- bromeé con seriedad, o mejor dicho, hable sarcásticamente

-Eso es un si

-¿Estas hablando en serio? Te acabo de decir en pocas palabras que soy pésima bailando y aun quieres bailar conmigo, ¿Qué es lo que te sucede?

-Me sucede que no puedo creer que alguien como tu, no sepa bailar

-¿Alguien como yo?

-Si alguien como tu, desde que entraste, pareciera que la música te relaja y te atrae demasiado, movías la mano, el cuello, pareciera que estuvieras cantando sin voz…

-Eso no es cierto

-Entonces, ¿miento?- asentí sonriendo, no tenia pruebas- en este mismo momento estas moviendo tu pie al ritmo de la música, así que te pregunto, ¿miento?

-Oh, Diablos Edward, por favor, tienes que ser tan malditamente observador

-Si lo lamento, así soy yo…-me reí, esa era mi frase- así que… ¿Bailamos?

-¿tengo otra opción?- sonrió y bajamos por otras escaleras que llegaban a unos pasos de la pista. Esta me la pagas Edward Cullen

Pov Carlos

Me acerque a la barra y pedí un refresco. Al momento que me lo entregaron llego Alice y me lo arrebato de las manos con una sonrisa demasiado grande.

-Oye, yo se que tu no tomas, me lo podrías regresar- se rio y me lo devolvió- pero aun así quisiera saber porque tienes esa sonrisa del gato Cheshire en tu carita enana

-Bueno, si vieras quien esta bailando quizá te dieras cuenta

Me sentí algo confundido pero aun así voltee a ver la pista de baile y vi algo que me sorprendió, Nohemí, mi preciosa, estaba bailando. No es que nunca bailara pero jamás lo hacia en publico desde aquella noche que su vida cambio, pero no terminaba de sorprenderme, porque, además de todo, ella, estaba sonriendo, una radiante sonrisa brotaba de sus labios, una que no había visto hace años, y que soñaba con volver a ver. Aunque para ser sincero estaba celoso de no haber sido yo quien se la devolvió, me hacia muy feliz que volviera a ser la niña alegre y positiva de antes. Quizás me estaba adelantando a los hechos, pero, tenia la esperanza de que fuera así. La mano de Alice se deslizo por mi mejilla, donde una lágrima traicionera me había delatado en aquella cadena de pensamientos que estaban formándose en mi mente. Me gire a verla, en sus ojos había un sentimiento de alegría inhumano.

-La extrañas, ¿No es así?

-Hay Ali, si la hubieras conocido en esos días, jamás hubieras creído que se hubiera vuelto como es ahora, seguirá siendo la misma por fuera, pero cambio demasiado en su interior.

-Ya me has dicho que cambio, lo que no me has dicho es ¿Por qué?

-Es una larga historia- desvié la mirada hacia, lo que mi hermana llamaba, el infinito- una larga historia que ella y solo ella te puede contar, si te digo que todo esto es por un antiguo amor… me quedo muy corto, y no, no es bueno que comiences a especular y atar cabos sueltos, por que no vas a encontrar el motivo jamás.

-Pues estamos igual, solo que yo, jamás en la vida, había visto a Edward tan feliz, el siempre se cubrió con una faceta de amargura, de serio, lo he visto sonreír, lo he visto triste, pero jamás así, siento como un alivio, algo extraño, que me hace querer brincar de emoción cuando veo la parejita que logramos formar, con mucho esfuerzo.

-Esperemos que no se lastimen demasiado cuando sepan que son cada uno, eh Alice- no me contesto y voltee a verla, sus ojos mostraban tristeza, dolor y… perdida- Alice, ¿que sucede, que ves?

-Edward… le dirá todo… esta noche

Pov Nohemí

La música retumbaba en el lugar haciendo que solo gritar fuera el medio de comunicación entre las personas. Ambos nos reíamos de los pequeños accidentes que el otro tenia hasta que de un momento a otro Edward se quedo callado y su faceta de serio apareció, esto no era bueno.

-¡Nohe!

-¡¿Que sucede Edward?!

-¡¿Podemos hablar en un lugar donde te pueda escuchar?!

-¡Te sigo!

Tomo mi mano y nos dirigimos a un pasillo, idéntico al de la entrada pero un poco mas pequeño, había varias puertas pero no abrimos ninguna y seguimos caminando. Se detuvo de repente y choque contra el por accidente. Me disculpe pero el no dijo nada y comencé a preocuparme. Abrió una puerta y la luz de la luna nos dio en la cara. La gélida brisa del aire me hizo respingar. Edward me vio y se quito el saco para ponerlo sobre mis hombros. Me sonroje un poco pero no se veía por la poca luz que mostraba la noche. Pase mis manos por las mangas que me quedaban un poco grandes. Edward tomo aire y se dispuso a hablar, pero no dijo nada, no sabia como empezar.

-¿Qué sucede Edward? ¿Estas bien?

-Si, perfectamente- guarde silencio para que prosiguiera- Nohe, en el poco tiempo que te he tratado, me di cuenta de que eres una persona muy tierna, con su propio carácter- agache la cabeza- sinceramente, me gustas, pero hay una cosa que me preocupa- comencé a asustarme- eres demasiado observadora- alce la mirada confundida- déjame terminar… no digo que eso sea un defecto, pero para mi es…

-¿Un problema?

-No, no es eso, es una complicación, ya que se, que te has llegado a inducir conclusiones que pueden ser ciertas sobre mi y… sobre lo que soy- sobre lo que es, no lo entiendo, por que no le gusta que lo observe, o pareceré una acosadora… diablos- Nohe, no me molesta lo que observes en mi o mi comportamiento, si no lo que averigües y concluyas, se que tus investigaciones, hubieran llegado hasta el final de no ser por un factor, un obstáculo que te impide acertar en todo, todo lo que has pensado, ya que todo es verdad, y se… que fuiste a la Push por eso, y que, lo sabes todo Nohe- ¿un factor? ¿De que me esta hablando?- estoy hablando de mis ojos Nohemí

Mi rostro debió demostrar la sorpresa que en ese momento sentía, ¿Cómo pudo contestar mi pregunta? Yo solo la pensé, “se que soy bueno leyendo mentes” me llego un flash de aquella vez que me lo dijo, como si fuera una clave de lo que me estaba diciendo, y mas y mas recuerdos me llegaron a mi mente… aquella vez que platique con Jake en el parque, antes de que me insinuara que Edward y yo estábamos juntos “no se como pueden gustarte, los fríos no deberían juntarse con humanos, lo tienen prohibido” , también cuando hable con Carlos “Se que te gusta, pero por favor no vallas a huir si descubres algo diferente en el” y de repente lo comprendí todo, la rapidez con que se aparecía en cualquier lugar, su sensibilidad ante la sangre, su increíblemente grande fuerza, su gusto por la velocidad, sus desapariciones los días soleados y que sus ojos no me dejaban concluir, los suyos eran dorados, un truco para no saber que en verdad… deberían ser rojos. Comencé a hiperventilar, hizo el ademan de acercarse pero por cada paso que dio, yo retrocedí dos. Todo este tiempo lo supe, y jamás lo pude ver con mis ojos, eso fue lo que me engaño, todo este tiempo he sido amiga de uno de ellos, como pude cometer ese error, se lo prometí a mama, se lo prometí y no puedo fallarle, ¿por que el?, ¿por que el también?, ¿no pueden dejarme en paz?, no puedo romper mi promesa, no voy a romper mi promesa. El me seguía viendo, preocupado, se veía como si acabara de cometer el error mas grande de su vida, y quisiera remendarlo, camine hacia la entrada de manera apresurada lo sentí detrás de mi y me tomo el brazo.

-Nohe, espera, por favor- su voz se oía rota y demasiado triste, mas sin embargo en ese momento no me importo. Las lágrimas en mis ojos amenazaban con salir, tenia que irme de allí.

-Suéltame Cullen- mi voz se oía monótona y demasiado fría, lo que lo hizo soltarme.

Corrí por todo el pasillo y Salí por el mismo lugar donde había entrado horas antes. Me pare la entrada y volví a contemplar la luna.

-¿Por qué me tiene que pasar esto justo a mi?- pregunte en un susurro

Busque en las bolsas de mi pantalón algún dinero para regresarme a casa pero encontré algo que no tenia, unas llaves, las llaves de la moto de Carlos. No lo pensé dos veces y me monte. No sabia donde estaba ni a donde iba, lo único que quería era escapar.
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Capitulo XVI: ¿Quien invito a la rubia?

 
Pov Carlos

-Alice, no es para tanto- dije mientras hacia su enésima llamada al celular de mi hermana, murmuro una palabra no muy digna en ella, lo que me dejo saber que aun no contestaban

-¿Qué no es para tanto? Carlos tu hermana acaba de desaparecer, y se supone que hoy saldríamos de compras- gire mi rostro hacia la ventanilla abierta a mi lado y sonreí.
...
Estaba seguro de que le preocupaba mas el hecho de no haber salido de compras que el que mi hermana se haya ido a sabe donde, aunque creo tener una idea de con quien esta, pero bueno, si se fue por voluntad propia, ¿no tengo que golpear a nadie, o si?

-¡Carlos!- gritó

-¡¿Qué sucede Alice?! Estoy aquí a tu lado, no tienes que gritar- ya se por que mi Nohe llega todos los días con dolor de cabeza

-¿acaso escuchaste algo de lo que te dije?

-Antes o después de que explotaran mis oídos- pregunte en broma. Me encanta verla rabiar

-Oh, por favor, tu… un momento…- me dio miradas de reojo mientras seguía conduciendo

-¿Yo que Alice?

-Tu… eres igual a ella

-Bueno, eso es ofensivo, desde el punto que…

-No, no me refiero a eso… hacen los mismos gestos, dan las mismas señales- sonrio victoriosa- te quedaste pensando cuando hablaba justo de ella, en el mismo momento en el que te dije las opciones…

-Y el punto es…

-¡Que tu sabes donde esta!

-¿Qué yo que? Por favor Alice, estaba contigo todo el tiempo, no tengo ni una sola llamada al celular, o “señal de humo” de ella ¿Por qué sabría yo donde esta?

-Quizá… por que estas demasiado tranquilo- suspire

-Le prometí que no volvería el sobreprotector- susurre entre dientes

-Oh por favor, al menos debes tener una idea de donde esta o no estarías tan calmado

-Pues la tengo… pero no es segura- nos detuvimos en la orilla de la acera

-Entonces dime- se giro un poco para verme bien

-Pues…- no dije nada, solo mire la gargantilla en su cuello, que… según me había dicho, era el escudo de su familia.

Entrecerró los ojos y supo a que me refería. Esperaba que no se le armara en grande a mi preciosa.

-Oh, no es cierto, tiene que ser una broma- dijo marcando un numero desde su celular- lo voy a matar.

Pov Nohemí

-Jake, ¿por que me preguntas esas cosas?

-Simple curiosidad, no entiendo, por que sales con un Cullen

-Por enésima vez Edward no es mi novio, somos amigos, AMIGOS

-Entonces que haces aquí sola con el

-Escapo de su hermana y su loca afición por las compras- ¿por cierto donde esta? Ya se tardo.

Metí la mano en el bolsillo de mi pantalón mientras Jacob seguía parloteando sobre sus locas intuiciones de noviazgo entre Edward y yo. No se como es que se pone asi, el no es mi mama ni nada por el estilo. Saque mi celular de su sitio y la pantalla estaba totalmente negra. Apagado. Presione por un rato el botón de colgar para encenderlo y puse mi contraseña. Un escalofrío me recorrió toda la columna

-Oh shit- 15 llamadas perdidas, ¿de quien?… Alice Cullen. Date por muerta Nohemí. Jake se puso alerta ante mi reacción.

-¿Que? ¿Qué sucede Nohemí?- su tono se mostraba tenso, como si tratara de controlarse

-No… no es nada Jacob- titubee- sabes… por donde se fue Edward- negó, sabia que mentía pero no tenia ganas de apelar- esta bien, nos… ¿nos vemos luego?

No espere a que contestara y me fui sin rumbo a buscar a Edward. Cuanto podría demorar un helado, creo que mas bien busco una excusa, pero entonces, para que me trajo aquí, para dejarme con Jacob, pero si el ambiente se podía cortar perfectamente con navajas, es obvio que se odian, porqué… no lo se. Sentí esa brisa tan peculiar pasar junto a mi y me gire hacia el con rostro preocupado.

-Nohe… ¿Estas bien?

-No- me miro esperando a que dijera algo- arregla eso- le mostré la pantalla de mi celular y comenzó a reírse- no es gracioso, ¡Alice me matara!

-No lo creo- dijo tratando de controlarse

-Y ¿por que no?

-Por que…- me mostro ahora su celular.

En el había un mensaje no muy esperanzador, no para el. Solo decía dos palabras, pero podía imaginármela diciéndolas. “Estas muerto”. Trague en seco, ¿Cómo sabia con quien estaba?

-Yo no le dije- ¿Cómo supo lo que…? Ah, no importa- le acabo de enviar un mensaje haciéndome el desentendido

-Solo dime como…- You know that I’m a crazy…sonó la canción “Smile” en mi celular- llamada 16- dije

-Pon el altavoz- asentí, lo teclee y contesté

-Nohemí, tienes 30 segundos para que me digas con quien estas y a donde voy por ti- dijo atropelladamente Alice.

Edward me hizo una señal para que me calmara y me paso su celular con un mensaje escrito en el. “Miéntele, hazla rabiar”

-¿Por que?- Dije sin voz, tomo su celular y volvió a escribir en menos de 5 segundos, “Si le dices donde estas vendrá por ti y no podrás darle explicación, pero ella si podrá darte penitencia” trague en seco.

-Estoy esperando

-Em… Alice- ¿Qué le digo?, articule con los labios

Giro su cabeza hacia ambos lados y me pellizcó suavemente el brazo, aunque de suave no había nada, por lo que gemí de dolor.

-¿Qué sucede? Nohemí, quiero una respuesta- Edward señalo algo a su izquierda que logre identificar con facilidad, Jacob aun esperaba que regresara a explicarle. De inmediato idee una pequeña mentira que no pudiera fallar, o al menos, esperaba que no lo hiciera

-Lo lamento mucho Alice, pero estoy con Jake, no se por que estas tan molesta conmigo si… Oh, shit, lo lamento, hoy salíamos de compras, ¿verdad?, lo siento, lo siento, de verdad Ali, te compensare, lo juro

-¿Con Jacob? ¿Jacob Black?

-Si, ¿lo conoces?- pregunte inocentemente

-Si un poco- se calmo un poco pero podía oír la doble intención de sus palabras- pero un momento, como es que te fuiste con el si yo te estaba esperando- me reí un poco sin titubear

-¿Me estabas esperando Ali? Creo que si debí haber enviado el mensaje a Carlos- sonreí traviesa y Edward me miro divertido

-¿Por qué?

-Lo que sucedió fue que en el descanso de 10 minutos tu hermano sugirió comer fuera de la cafetería, salimos al estacionamiento y estaba una camioneta toda oxidada esperando, Jake me invito a escaparme de lo que restaba de clases y accedí- Edward me miro curioso y yo le guiñe un ojo- oye, no le digas a tu hermano, eh, le dije que iba a dar una vuelta y me regresaba a casa, a veces parece mi niñera- me dio un codazo y me reí

-Esta bien…- parecía que aun dudaba- ¿Qué hay a tu alrededor?- mire a mis lados y sabia que no habría que mentir mas que en los detalles

-Am, hay varios arboles, muy altos, al parecer aun falta para estar frente a la entrada del bosque, pero el agua aun esta un poco alejada, hay un poco de gente, estoy junto a un pino con un poco de pasto debajo, Jake esta sentado unos metros a mi… ¿derecha? Bueno mas bien, casi delante mío, sobre un asiento de madera…

-Ok, ok- alce la mano que tenia libre y levante mi pulgar como gesto de victoria- pero te quiero en casa antes de las 3

-Si mama… un momento, por que antes de las 3

-Es una sorpresa- genial, mas sorpresas, ¿acaso había un día para eso?- nos vemos Nohe- colgó

Para cuando colgué Edward se estaba riendo, y al ver que metí mi celular en mi pantalón, me abrazo, me sorprendí un poco, pues obviamente, no conocía el porque de este.

-¿Por qué tan cariñoso?- me reí

-No sabía que eras tan buena mentirosa

-Nadie lo sabe… hasta ahora
-¿Cómo lo logras? Normalmente cuando haces ese tipo de mentiras te ríes o algo así, o al menos eso les pasa a todos

-Años, y años de practica, pero no te preocupes, no soy mitómana, de hecho es la primera vez que miento por diversión, normalmente lo hago por obligación

-Y la verdadera Nohemí va saliendo a la luz… ¿Qué otros oscuros secretos oculta esa preciosa cabecita?- muchos mas de los que crees, pensé y sonreí para aparentar- bueno, al parecer te tengo que regresar temprano así que… ¿aun quieres ese helado?

-Desde que lo mencionaste querido amigo- sonrió, pero esta no le llego a los ojos y caminamos aun con su brazo en mi hombro.




Pov Nohemí

-Alice, ¿de verdad es todo esto necesario?- pregunte por tercera vez desde que entre al cuarto

-Claro que si Nohe, me quitaste el día de compras así que te lo tienes que poner- hizo de nuevo su carita de perrito

-Así que por perderme el primer día de compras por haberlo olvidado ¿tengo que usar esto?

-Vamos Nohe, ni que fuera algo malo- sonrió, pensando que ya había ganado, que equivocada estaba

-Pero, Alice, ¡Yo no uso esta ropa!, si vas a sacarme de esta casa, será cargada o a rastras, pero no me voy a poner esa cosa- señale con mi dedo el top y el short, bueno si es que se le podía llamar short a esa miniatura, ¡se había vuelto loca!- dime cuando me has visto vestida así

-Nohe…

-No Alice, nunca he usado de ese tipo de ropa y hasta ahora sigo con esa idea así que no, no, no y no

-Pues te lo vas a poner Nohemí porque si no…

-Si no ¿que Alice?- por el espejo de mi habitación pude ver a Carlos dándole señas de que se estaba pasando de la línea, muy bien que me conocía- ¿me voy a arrepentir?- continúe- haz lo que quieras pero yo ni muerta me pongo eso

-Alice, podemos hablar un minuto

-Pero Carlos

-Ahora- Ali hizo un puchero y salió de mi habitación- no seas tan dura con ella, ya sabes como es- dijo al pasar a mi lado

-Y bien que sabes como soy yo- murmure, asintió y siguió los pasos de Alice

Suspire y me senté junto a la ropa que había traído Alice. Enserio quería que saliera así, de verdad que a esa chica le faltaba un tornillo… o vatios. Me reí yo sola, aunque no fue solo mi risa la que escuche. Me gire para saber si habían entrado, pero no. Me acerque a mi ventana, y la abrí, pero no vi nada que no debiera ver. Extraño. Toc, toc, toc. La puerta de mi cuarto.

-¿Se puede pasar señorita pensativa?

-Hey Edward, claro, pasa, ¿Qué te trae- de nuevo, pensé- por aquí?

-Bueno, venia a recogerlas por petición de la enana, llame varias veces, pero me contesto molesta diciendo que estaba ocupada y luego escucha algo así como “Sabes como soy yo”- sonrió

-Creo que tendrás que irte solo con ella o esperar a que me deje en paz

-Y ahora que hizo- dirigí mi mirada a mi cama y vio a lo que me refería- oh- se rio nervioso- enserio quiere ponerte eso- asentimos al mismo tiempo, yo afirmando y el como si fuera algo que se esperara

-No entiendo como quiere que use eso, dime cuando me has visto con algo así- suspire- esta loca- murmure

-Eso cualquiera lo sabe… Pero, un momento, ¿Cómo llegaste tan lejos?- fruncí el ceño- si digo, nadie pasa a ms de dos caritas de perrito y la sonrisa malévola- me reí

-Yo no soy tu- me reí y puso cara de ofendido- oh, vamos, no me vas a decir que a ti no te a hecho usar la ropa que quiere, ¡Es tu hermana!

-Pues de hecho…- la puerta se abrió sin previo aviso y Carlos entro- hola- saludo Edward pero por primera vez desde que mi hermano llego a la ciudad, sonrió con sinceridad hacia este- Edward Cullen

-Carlos Wilson- le estrecho la mano y suspire, ¡Por fin se conocen!, pensé- Nohemí, Alice quiere hablarte- fruncí el ceño- esta afuera, me pidió que te hablara- asentí

-Un momento, permiso Edward- me detuve frente a las escaleras y voltee mi mirada hacia mi hermano, le lance una mirada de advertencia y seguí mi camino. Alice me estaba esperando en la puerta, aunque… no era la única allí. Cruce el umbral de la puerta y su melena me dio en la cara.

-Am… Hola

-Solo vine por que Alice me lo pidió

-Yo nunca dije lo contrario

-Tu no… tus ojos si, así que Alice, di lo que tengas que decir para hacer lo que me pediste e irme de aquí- luego murmuro algo como “y que sea rápido, este lugar apesta” y comencé a molestarme.

-Nohemí- concentre mi atención en mi amiga- lo siento, le pedí que viniera por que… bueno, nadie me dice que no- jamás pensé que sucediera, murmuro- y ella sabe como, no se como… lo que te pueda gustar- asentí

-Voy a pasar- dijo la rubia y entro empujándome- mis manos se volvieron puños- claro, pasa- murmure entre dientes- bueno y en que parte de esta pocilga esta tu habitación- 1, 2, 3, 4, 5, comencé a contar mentalmente, no quería un pleito antes del año en Forks

-Nohemí, Edward quiere hablarte en tu… hola… lo lamento ¿Quién eres tu?

-Rosalie Hale, diría que es un placer, pero bueno, yo nunca digo mentiras

-Rose…- le advirtió Alice

-No te preocupes Ali, que en esta casa tampoco lo somos ¿verdad Nohe?- asentí y luego murmuro algo que no alcance a escuchar por culpa de mi propia voz.

-Carlos, ¿dijiste que Edward me hablaba?- este asintió y yo subí corriendo las escaleras, bueno, cojeando, aun me dolía el pie.

Entre a mi habitación pero no había nadie. Lo llame mas no escuche ruido alguno. Suspire y me senté, tal vez bajo sin que me diera cuenta. Sentí una fría brisa y unas blancas manos me cubrieron los ojos. Sonreí.

-¿Donde logras esconderte?- le pregunte

-Un secreto- me reí y me dejo mirar. Puso sus manos en mis hombros y lanzo un suspiro- lamento que mi hermana sea así es solo que…

-Shh… no te disculpes por algo de lo que no tienes culpa- susurre- tranquilo- me gire y le bese la mejilla- sonrió mas esta no duro mucho gracias a una molesta voz a sus espaldas

-Con que este es tu cuarto, ha, genial, no tardare mucho- murmuro la molesta Hale

-Si, mira si haces lo que debes y no hablas, estaría mucho mejor- me levante del lugar en el que estaba y la mire a los ojos

-¿Que? Oye a mi na-die me ordena nada

-Pues deberían, juraría que tu padre te enseño modales, por que si lo hizo- que se que si, pensé- no se de donde sacaste esos modales- Edward me tomo por los hombros, quizá pensando que mi reacción seria irme contra ella, aunque no había pensado en hacerlo… aun

-Cállate cariño, que no estoy aquí por gusto

-Pues que bien, por que la puerta esta muy ancha y creo que aunque no lo estuviera, podrías salir muy fácil

-¿Me estas corriendo?

-No, no te estoy corriendo, pero tu y tu mundo, mira que aquí no entran, estas en MI casa, bajo MI techo, y no pienso dejar que vengas, hagas lo que te pegue la gana y salgas como la diva insultándonos a mi hermano y a mi así que le vas bajando a tu teatrito o te me vas… ¿como la vez?

Rosalie se me quedo viendo con ganas de matarme, mas sin embargo solo se quedo allí. Alice llego y nos vio frente a frente y de inmediato se puso a hablar de la ropa y lo que íbamos a hacer, aunque para ser sincera no la escuche del todo bien, solo veía a la gemela Hale con los ojos… ¿Cristalinos?

Capitulo XV: Solo una gota basta

Pov Nohemí

El tiempo se nos paso entre preguntas, sencillas por mi parte, difíciles por la de el, la verdad no creí que mis preguntas lo dejaran pensando por tanto tiempo, si lo único que preguntaba eran cosas como, ¿Por qué viven en Forks? o ¿Por qué murieron tus padres?, de acuerdo, esa ultima ni yo la querría contestar, pero lo hizo con tanta naturalidad que me pregunte si de verdad conoció a... sus padres.

Al pasar el lago Crescent supe que íbamos aun por la 101, paro aun no sabia a donde nos dirigíamos.

-Pareces demasiado observadora- sonreí

-Tu también, ¿sabes? Aun sigo creyendo que trabajas para la policía

-¿Por que lo dices?

-Pareciera… es como... como decirlo, como si supieras…- como si supieras lo que piensan

-¿Cómo si leyera mentes?

-Ah… si

-Me lo han dicho antes, y se que soy bueno leyendo mentes

-Ah, así que tienes un don por naturaleza, ¿eh?

-Si, y dime tu tienes uno

-¿Es la pregunta 19?- asintió- bueno, no lo se- conteste con la verdad- muchos me dicen que soy buena dando ordenes, otros que el ser intimidante pareciera mi habilidad, no lo se, jamás e intentado demostrar mis poderes ocultos- me reí, y me secundo, si supiera de lo que hablaba

-Y no vas a hacer una pregunta- negué- ¿Por qué no?

-Bueno, normalmente puedo llegar a hacer mil preguntas, pero he aprendido que calladita, estoy mucho mejor- detuvo el auto en un semáforo, que no supe ni a que horas apareció, y me miro confundido

-¿Experiencias?- asentí- ¿me contaras alguna?

-¿Me dirás a donde vamos?

-No

-Entonces tal vez- frunció el ceño

-¿Sabes que eres extraña?

-¿Sabes que ya me lo han dicho?

-Ja, ja

-¿Qué?- negó con la cabeza- y yo soy la extraña, deberías ir a checarte al medico, creo que el que anda mal eres tu

-Claro- su mandíbula se tenso justo cuando aparco el coche en la orilla de una calle

-¿Sucede algo malo?

-¿Los conoces?- ok esto de contestar una pregunta con otra me esta irritando, pero por algo pregunta o no.

Gire mi cabeza para ver a quienes estaba ¿Asesinando con la mirada? Si creo que si. Había mucha gente en la acera contraria pero pude identificar seis figuras que no encajaban con el montón, seis siluetas muy altas y morenas con sus ojos fijos en nosotros, y el de hasta el frente me miraba a mí.

-¿Jake? Si es el, pero por que me mira así- pensé, o eso creo

-¿Conoces a Black?- me asusto su tono de voz- pero no conteste y seguí mirándolos, había algo que me hacia querer reconocerlos de otra manera pero no sabia por que.

Pov Edward

La manera en la que miraban a Nohemí me hacia querer matarlos, pero no era lujuria o algún otro sentimiento relacionado el que tenían hacia ella. Abrí la puerta para salir y ayudarle a bajarse del auto pero no me esperaba lo que le paso por la mente.

-Son ellos- susurro y un recuerdo la abofeteo

Lobos. Bosque. Sangre. Carlos. Golpes. Todo paso muy rápido pero lo vi con total claridad. Ella no se había caído ni se había lastimado por si sola como me había dicho. El golpe de la frente, los moretones en sus piernas, el tobillo torcido, ¡Todo se lo habían hecho ellos! Mi mirada cambio radicalmente cuando la volví a dirigir a esos. Ahora si tenía razones para matarlos. Pero mi mente trabajo tan rápido que pensó en las consecuencias que habría, lo que pasaría y lo que no, lo que me llevo a pensar, ¿Cómo supo ella que esos eran los lobos que la atacaron? ¿Por qué no creyó que eran osos o algo así? Y ¿Cómo es que supo que exactamente eran ellos? Miles de preguntas mas se acumularon en mi mente mientras le abría la puerta a Nohe y ponía mi mejor sonrisa. Funcionó ya que me devolvió la sonrisa y dejo de pensar en los chuchos que aun continuaban mirándonos. Lance un gruñido de advertencia. Sabía que lo escucharían. Tome a Nohemí por la cintura y la guie hacia nuestro destino.

Sentía los pasos de alguien detrás de nosotros y por el horrible hedor, supe que era un quileute. Entramos al parque Lincoln para dar un paseo y perder a ese perro, algo que no funciono.

-Hey Nohe

-Jake, ¿Qué haces aquí?- lo saludo Nohemi con un abrazo

-Dando la vuelta, y comprando algunas cosas- Nohe hizo una mueca, genial, mas culpa, Alice Cullen ¿por que me haces esto?, pensó- ¿Qué sucede? ¿Dije algo malo?

-No, ja, no es eso- me dirigió una mirada de disculpa- Jacob, el es Edward, mi mejor amigo, Edward el es Jacob

Estiro su mano retándome a tomarla sabiendo la diferencia de temperatura. No lo salude pero el seguía con su mano frente a mi. ¿Por que no lo saluda? pensó Nohemi, por que no me saludas chupasangre, ¿Que? Te da miedo tocar mi mano.

-Creo que ya nos conocíamos, ¿o no Jacob?- bajo su mano, frustrado de no haber logrado su cometido y una sonrisa maliciosa apareció en mi rostro.

-Y… bien Jake, ¿Qué es lo que fuiste a comprar?

-Esto- señalo un pequeño estuche en su mano

-Lo lamento pero… ¿Qué se supone que es?

-Averígualo- estiro su mano hacia ella y deposito el objeto en su mano derecha.

El estuche estaba hecho a mano, tallado en madera, con varias decoraciones antiguas por encima, parecían ser… recientes. A ella le carcomía la curiosidad de lo que pudiera tener adentro pero por más que buscaba, no encontraba la forma de abrirlo, hasta que encontró dos pequeños agujeros, uno a cada lado de este. Metió su dedo por uno y comenzó a sacar algo delgado y largo. Metal. Logre descubrir las intenciones del chucho, pero ya era tarde, no lo había planeado y se le ocurrió a ultimo minuto. Solo una gota broto y despertó mis sentidos. Solo una gota, solo eso basto para que mis pensamientos y plantes para beberla se comenzaran a agrupar. La gota se convirtió en dos, y luego en un pequeño chorrito rápidamente y ella no se daba cuenta.

-Nohemí, ¿Estas bien?- dije entre dientes y mi mirada se desviaba hacia su mano, como no se daba cuenta de que estaba chorreándole sangre por el dedo. El perro se dio cuenta de lo sucedido y fue su turno de sonreír, el que ríe al último…

-Si… ¿Por que?

-Tu mano- desvió la mirada y se fijo en su ya muy manchada mano

-Oh… diablos- Shit, Shit, Shit, ¿como no me di cuenta de que casi me tiro el dedo?, un momento… ¿Por qué no me dolió?, ah, ya recordé.

Comenzó a mover su mano exageradamente como si le ardiera o doliera, aun sin sentir nada. No me puse a pensar mucho en eso cuando acerco su mano a mí mientras seguía esparciendo su delicioso aroma por toda mi cara. Me voltee hacia otro lado

-Oh, lo lamento Nohe, déjame ayudarte- si claro perrito, le vas a ayudar, pero a llegar al hospital- Hey, tu padre es doctor ¿no? ¿Qué tan mal esta esto?

Al decir eso tuve que contener la respiración, ya que posiciono la mano de Nohemí justo debajo de mi nariz. El sabia lo que hacia y me tense. ¿Estaba loco? ¿Acaso quería matarla? ¿Qué le había hecho ella para merecer tal trato? Juraría que ella solo había sido amable. Mantuvo su mano debajo de mis fosas nasales y el rostro de ella cambio a preocupado. Se olvido de su herida por un momento y puso su mano en mi mejilla, dándole a esta una ligera mancha rojiza.

-Edward ¿estas bien?- asentí aun tenso- Edward, no me mientas, ¿que tienes?

-Nada Nohemí- sisee- Tu herida no es grave, toma este pañuelo te ayudara a detener la hemorragia... eh…¿Quieres… quieres un helado?- asintió dudosa- Ahora vengo

Espero que ese chucho no le pase las pulgas a mi Nohemí, Aun no es tu… si ya lo se maldito subconsciente, pero para eso estoy aquí y no dejare que ni ese perro ni nadie, me la quite.